LOS LÍMITES MARÍTIMOS DE VENEZUELA Y EL FALIBILISMO INDUCTIVO: la incompletitud de la teoría de los vientos
LOS LÍMITES MARÍTIMOS DE VENEZUELA Y EL FALIBILISMO INDUCTIVO
La incompletitud de la teoría de los vientos
7. Navegación y cruceros
7.3. Navegación en las Guayanas
Los ríos
La
provincia de Guayana era una vastísima geografía bañada de ríos rojizos,
sabanales, selvas y tepuyes, con una lluvia apocalíptica que duraba casi todo
el año.
Albergaba
menos de cuatro ciudades, siete villas y setenta y dos misiones, algunas en muy
mal estado como ciudad Guiror.
Gobernadores
como Manuel Centurión, efectuaron una insigne labor pobladora, logrando un
total de cuarenta y tres nuevos asentamientos. La primera capital, fue Santo
Tomé de Guayana (8° 37´ latitud norte y 315º longitud de Tenerife), que fue trasladada
a la parte más angosta del río Orinoco, donde se fundó Angostura, a ochenta y tres
leguas de la Boca de Navíos. Esta ciudad estaba fortificada y los barcos se abarloaban[1]
a sus muros.[2]
El
Orinoco crece desde abril a septiembre. Los vientos corren desde el este –
nordeste. Las corrientes del Orinoco hacia el mar se suelen confundir con las
mareas, que en la creciente atraían a las naves hacia su boca y en la baja marea
producían el efecto contrario. Las
mareas, bastante fuertes, podían perder la embarcación, por lo que el
conocimiento de estos fenómenos era imprescindible.[3]
El espacio
comprendido entre la boca de Cangrejos y el Orinoco era denominado la puerta de barlovento.[4]
La
Boca de Navíos tenía diecisiete millas de ancho. Entre febrero y octubre cuando
el mar estaba calmado, las mareas vivas arrugaban el Atlántico hasta diecisiete leguas de
distancia. Las demás entradas del delta
eran útiles para lanchas y piraguas. Los caños más utilizados fueron Macareo,
Manamo y Perdernales, parte de un inmenso laberinto de setenta leguas que se
une al Golfo Triste y llega a Punta Barima.[5]
La
navegación a vela en espacios fluviales, exige técnicas particulares, porque la
corriente cobra tanta o mayor importancia que los vientos.
En
todo tiempo, buques del porte de fragatas podían llegar hasta el río Caroní, a
cincuenta y ocho leguas de la boca del río Orinoco. En período de lluvias, remontaba
con lentitud hasta Angostura por los malos pasos, los bajos y arenales. El
viento del oeste que reina ocho meses al año favorecía la navegación, entonces
el buque podía navegar a un largo, en cambio, entre los meses de junio a
septiembre había fuertes corrientes y calma. Para salir se barloventeaba con la
ventaja de que se tenía a favor una corriente muy fuerte. En ambas maniobras,
se requería de prácticos.[6]
La
navegación por los tributarios era una combinación de maniobras con
embarcaciones monóxilas y canaletes,
através de raudales, alternados
con largas caminatas con las curiaras, al hombro hasta alcanzar el próximo
raudal.[7]
Con
esta técnica, se podía remontar hasta Upata y puerto de Cura, pasando por el
raudal de Aguzaya y Curigua. En las cabeceras de éste último tomaban el Cuyuní,
a la altura de la isla Chirimi, desde allí a pie hasta el raudal del Marapi,
siguiendo su curso, se encontraban con el raudal Mura y Aguarari donde encontraban la boca del río Curumo, mantendrían recta navegación hasta toparse
con la isla Acayo. Dos días después, estaba el raudal de Carrayma y la isla
Araripira, donde había un pueblo. Seguían el raudal Guomiuspo, luego Tapiyumo
sin parar hasta la isla Acayuhiri.
Entre
fuertes lluvias y raudales escarpados recalaban en Punta Capachi y caño Tupuro,
diez horas más tarde alanzaban el raudal de Camarua, que termina en la boca del
Cuyuní, poca distancia antes de que tribute al Mazeroni, allí había otros
pueblos de naturales y algunos holandeses renegados haciendo vida.[8]
El río
Orinoco y sus tributarios, fue objeto de continuas exploraciones, algunas de
carácter científico. La siguiente no es una lista exhaustiva:
Tabla VI |
||
Algunas exploraciones y acciones militares en el sistema fluvial de Guayana |
||
Año |
Explorador |
Ríos y región
|
1756 |
Juan Bobadilla |
Orinoco, Caroní, Cuyuní |
1757 |
Juan de Dios Valdéz |
Orinoco, Caroní, Cuyuní, río Negro, Meta. Por instrucciones de Iturriaga |
1759-1760 |
Diez de la Fuente |
Orinoco, Caroní, Cuyuní |
1761 |
Santiago Bolaldes |
Yuruari, y el Cuyuní hasta la confluencia del Esequibo. Atacaron y desalojaron la isla esclavista holandés de Camoruco |
1768 |
Francisco Cierto |
Río y caño barima. Desalojo de holandeses del rancho de Barima. |
1769 |
José de Alorze |
Exploración del Orinoco y tributarios. |
1771 |
|
Expedicion al Paragua. |
1772 |
|
Expedición a los ríos Caroní, Icabaru y Mayari |
1773 |
|
Expedición militar a los ríos mencionados anteriormente. |
1775 |
Antonio López de la Puente |
Parime |
1789 |
|
Exploración de la ruta de los caribes y holandeses. |
Ríos
de gran importancia eran el Esequibo, Mazeroni, Cuyuni y Demerari. En su delta,
que se une al Atlántico y corre paralelo a los ríos Berbice y Surinam hacia el
este, los holandeses tenían una colonia de escasa población formal, y
habitáculos de poca calidad, un fuerte de barro y estacada, dedicados
principalmente a la explotación de haciendas con mano de obra esclava.
El
Demerari corre al norte del Esequibo y del Corentín, en sus bocas había una
población holandesa parecida a la anterior, además de algunos ingleses
desertores que pagaban tributo por las posesiones que gozaban. A la vez, los
holandeses pagaban un tributo de protección a una población de negros
cimarrones internados en la selva entre el Esequibo y el Orinoco.[10]
El río
Cuyuní corre cerca del Caroní y le tributan los ríos Supamo y Yuruari entre
otros, bañando las ricas misiones de los capuchinos catalanes; los holandeses
tuvieron esporádicamente un puesto avanzado para sacar esclavos y contrabando
entre éste y el río Mazeroni, además de un pequeño fuerte, al igual que en
Moruca.[11]
Otros ríos menores que podemos mencionar en el gran laberinto fluvial del
macizo guayanés son: Berbice, Nasau,
Marauca, Cupename, Surasmaca, Surinam, Maroni, Amanivo, Penamarivo y río
de la isla Cayena.[12]
Naveguemos
aguas arriba del Orinoco. Siguiendo hasta el río Negro hay varios raudales como
Carichana, Atures y Maipures; al norte se une a los ríos Guaviare y Atabapo;
los ríos Meta, Vichada y Apure entran cerca de Cabruta. En el trayecto del alto
Orinoco contra corriente se navegaba a la sirga.
El río Meta llegaba hasta Santiago de las Atalayas en el Virreinato de Santa Fe por lo que Guayana es el Abra ó llave de Santa Fe. Este río era navegable excepto en invierno, cuando reinaba la calma y mantenía un fluido tráfico de mercancías que llegaban a Caracas o salían al Caribe. El río Apure comunicaba con Pamplona, Barinas y Guanare, se unía a los ríos Portuguesa y Santo Domingo.[13]
La Fachada Atlántica
En las costas marítimas de
Guayana no hay terral. De enero a marzo, los vientos vienen del norte e iban al
este–nordeste[14]. De abril a junio, en dirección este al
sureste. Desde julio a septiembre hay calmas y constantes alternativas de vientos fuertes del sur al suroeste.[15]
Esto
hacía que la navegación hacia el río Esequibo fuera desfavorable, los
navegantes afirmaban que era difícil bajar de latitud.
Quien quiera
barloventear en estas costas… conviene bordeen sobre la costa en las vaciantes
desde las tres y media y cuatro brazas hasta ocho o nueve, pues respaldados
hacia el noreste por las corrientes, ganará muy bien en vuelta del sureste o
estesureste, pero en la marea creciente debe darse fondo, porque entonces se
tendría que vencer el viento y corriente, y sería irremediable irse contra la
costa. [16]
Los
cruceros de los guardacostas hacia el río Esequibo no estuvieron programados
como los del Caribe, no por las razones de prescripción
adversa, que pudieran alegar nuestros alevosos vecinos guyaneses.
Una
gran cantidad de cruceros fueron realizados hacia la Fachada Atlántica, pero
obedecieron a problemas estratégico – operacionales distintos, derivados de la
presencia de colonias extranjeras al este del río Esequibo:
1. Ausencia de puertos españoles y de ciudades entre Trinidad y el río Esequibo. Las condiciones de las costas impedían la construcción de puertos, y su clima, el surgimiento de poblaciones.
2. Escaso movimiento de embarcaciones mercantes, legalmente registradas, con destino a Trinidad o hacia Angostura.
3. Imposibilidad para los guardacostas de abastecimiento en el tornaviaje.
4. La presencia de un nación de religión protestante, considerada entre otras cosas, una amenaza a la seguridad.
5. El escaso contrabando holandés hacia Angostura, y otros poblados aguas arriba, y que era hecho a través de los tributarios y caños hasta dar con el Orinoco, y no por navegación marítima.
6. El desalojo de las invasiones de
los holandeses al oeste del río Esequibo, lo que implicaba la preparación de
mayor número de barcos, mejor dotación de cañones, más amplia capacidad de
bodega, y de transporte de tropas. No
son pocos los cruceros realizados para tales fines.
Navegar
de regreso desde el río Esequibo requería de ciertas precauciones:
Desde el río
Pomerón sigue la costa sin variar en nada hasta la punta de Cocales... desde
dicha punta debe gobernarse al noroeste y nornoroeste con la precaución de
mantenerse en cinco o seis brazas de
agua para evitar un bajo de lama que está
como a dos leguas y media al nornoroeste de ella… se descubrirá la boca
del Guayma situada en latitud 8 25´norte... su configuración es inequivocable,
no sólo por la entrada o abra que presenta, sino por tres cerritos o mogotes,
que se avistan tierra adentro como al suroeste, si el día está claro.
… Reconocida que
sea la costa de Guayma , se recorrerá las costa a distancia de cinco o seis
leguas, no bajando de las cuatro o cinco brazas lama, hasta que la Punta Barima
demore sur un cuarto suroeste, que se
hará rumbo sobre ella en demanda de la barra. [17]
[1] Pegar el buque al costado de otro o de un puerto.
[2] Ibidem. Fray Antonio Caulín, Historia corográfica, natural, y evangélica de la Nueva Andalucía, provincias de Cumaná, Nueva Barcelona, Guayana y caudalosos vertientes del famoso río Orinoco, estudio preliminar de Pablo Ojer, Caracas, Italgráfica, 1966, V. I, pp. 33-34.
[3]Derrotero de las islas de Costa Firme…, pp. 52 – 54.
[4] AGI. Estado, 65 - 64. El capitán general al Príncipe de la Paz, 4 de marzo de 1797.
[5] AGI. Caracas, 136. El gobernador de Guayana, Don Manuel Centurión, Descripción de Guayana, 11 de noviembre de 1773. Ibidem. El gobernador de Guayana, Don Miguel Marmión, Descripción coreográfica mixta de la provincia de Guayana en que da razón de los ríos que bañan y facilitan sus comunicaciones de su población, tierra y labor útiles, de sus frondosos montes, frutos y comercio y se proponen algunos medios los más asequibles y conducentes a su verificación y aumento, 10 de octubre de 1788.
[6] AGI. Caracas, 533. El contador de las Cajas de Trinidad a los oficiales reales de Puerto Cabello, 18 de febrero de 1790. AGI. Caracas, 136. El gobernador de Guayana, Don Manuel Centurión, Descripción de Guayana, 11 de noviembre de 1773. Ibidem. El gobernador de Guayana, Don Miguel Marmión. Descripción coreográfica mixta de la provincia de Guayana en que da razón de los ríos que bañan y facilitan sus comunicaciones de su población, tierra y labor útiles, de sus frondosos montes, frutos y comercio y se proponen algunos medios los más asequibles y conducentes a su verificación y aumento, 10 de octubre de 1788.
[7] Por experiencia personal, se ha navegado en estas primitivas embarcaciones, finas de proa y popa y hechas de un solo tronco, capaces de voltearse y volverse a enderezar gracias a la habilidad de los indios baqueanos, que son muy resistentes a las fuertes corrientes.
[8] AGS. Secretaría de Guerra, 7241 – 56. Diario del viaje que hizo el ayudante mayor de la tropa de dotación de Guayana Don Antonio López de la Puente al reconocimiento del río Cuyuní, que pasando por las misiones de los padres capuchinos catalanes, desagua en el Esequibo, colonia holandesa, 5 de febrero de 1789. Gumilla, Historia civil y geográfica…,p. 53.
[9] AGI. Caracas, 258. Valdés a Iturriaga, 2 de diciembre de 1757. AGI. Caracas, 258. Testimonio de los autos que se operaron sobre la expedición secreta y aprehensión de los holandeses con sus mujeres, certificada en Cumaná, el 3 de abril de 1770, citados por Pablo Ojer en su estudio introductorio de Caulín, Historia corográfica, natural…, T. I, pp. CLXX, CLXXI, CLXXIV y CLXIX. AGS. Secretaría de Guerra, 7241–56. Diario del viaje que hizo el ayudante mayor de la tropa de dotación de Guayana Don Antonio López de la Puente al reconocimiento del río Cuyuní, que pasando por las misiones de los padres capuchinos catalanes, desagua en el Esequibo, colonia holandesa, 5 de febrero de 1789. AGI. Caracas, 372. Diario de Antonio la Torre en su viaje al Meta, 31 de diciembre de 1783. MN. Manuscritos, 277. Derrotero que formo yo, José de Aloze, en este mes de febrero de 1769, Guayana, 2 de marzo de 1769.
[10]Ibidem. Alcedo, Diccionario Geográfico…, T. II, pp. 13 y 101–102.
[11] The British Library, Manuscripts, Add. 36349. Expediente suscitado por el ministro de Holanda sobre querer suponer derecho y dominio en la colonia de Esequibo y pesca en aquella parte del Río Negro, y que se le inquieta y perturba injustamente por los vasallos de SM. Visto en 1785, iniciado en 1770, ff. 270v –272
[12] Caulín, Historia Corográfica, natural…, p. 99.
[13] Ibidem.
[14] Este tipo de mediciones es conocido en la navegación, es el rumbo entre el este y nordeste.
[15] Derrotero de las islas de Costa Firme..., p.45-53.
[16] Idem.
[17] Derrotero de las islas de Costa Firme..., p. 5.