LOS LÍMITES MARÍTIMOS DE VENEZUELA Y EL FALIBILISMO INDUCTIVO: la incompletitud de la teoría de los vientos
LOS LÍMITES MARÍTIMOS DE VENEZUELA Y EL FALIBILISMO INDUCTIVO
La incompletitud de la teoría de los vientos
4. Arquitectura naval
4.1. Buques en los siglos XVI-XVII
Siglo XVI
Galeones, naos, zabras, pinazas y carabelas, naves mancas (llamadas de ese modo por no
llevar remos), fueron las más comunes en los siglos XVI-XVII, además de carracas
y galeras, entre otras.
El
viaje por el Atlántico, y la navegación en el Caribe, impusieron escenarios
distintos, e importantes innovaciones en la construcción naval. Los galeones,
buques de guerra por excelencia, las naos mercantes, zabras, carabelas, pataches,
pinazas y algunas galeras, serán los buques más comunes en las aguas del Caribe
y de Tierra Firme.
De
todos ellos destacan los galeones. Existe una variedad de definiciones y tipos.
Eran alterosos hasta el coronamiento de popa, costados con altos antepechos, panzudos,
arrufados, y con lanzamientos a proa y popa. En general tenían doce cañones en
la primera cubierta, unos trece en la segunda, y cuatro a cada lado en el
castillo de proa, más tres en proa y popa. [1]
Figura V. Galeón navegando a un largo.
Siglo XVI
Los galeones estaban aparejados en cruz, con velas
latinas en entenas, sobresalían por proa del palo mesana, y hacían navegar a la mala en ceñidas. Construidos
de manera artesanal, con gálibos y vagras. [2]
Las cajas de cuadernas y la confección
de planos tendrían que esperar los escritos de Antonio Gaztañeta, a partir de
1713. [3]
Según
autores de la época, como Felipe Vieira de Castro, las naos, podían ceñir vientos
hasta 6 cuartas (67º 30´). Los galeones, buques de guerra por excelencia,
entre 6 y 7 cuartas, de tal manera que las remontadas solían durar más tiempo.
A pesar de todo, fue un logro para naves de velas cuadras. [4]
En el
transcurrir del siglo XVII, el galeón pierde pantalla, se hace más raso, queda
menos expuesto a la artillería. El castillo de proa, y el arrufado, va
desapareciendo, así como los lanzamientos de popa. Disminuye la manga.
Los
galeones tenían limitaciones para efectuar recorridos cerca de las costas, por
ello, se echaba manos de buques de menor porte.
Algunas
galeras, buques a remo por excelencia, rindieron servicio en la isla La
Española (1578) y en la Gobernación de Venezuela (1728-1740), pero no nos
imaginemos aquellas de la batalla de Lepanto, tenían velas cuadras y latinas, y
se servían de remos. Fueron utilizadas en cruceros sobre parajes inaccesibles
para buques a vela, como calas, ensenadas, estuarios, desembocaduras de ríos,
su utilidad fue efímera.
Las
carabelas tenían de 60 a 200 toneladas, tres palos con velas áuricas (de
cuchillo o latinas), pero si efectuaban navegación trasatlántica, se aparejaban
en cruz. Fueron las naves utilizadas
para las exploraciones y descubrimientos.
Los
pataches son algo difíciles de caracterizar, en general tenían entre 35 y 80
toneladas, dos palos más bauprés. Una sola cubierta, sin castillo, cámara sin
puente, artillado hasta con 10 piezas. [5]
Las
pinazas eran más adecuadas para navegar pegado a la costa, aunque más endebles.
Tenían 50 toneladas, tres palos, fina, muy marinera. [6]
Posiblemente, de las dos anteriores, nació el balahú o balaux, goleta americana por excelencia, esto merece mayores investigaciones.
[1] El buque en la Armada española. Madrid, Imprenta Industrial, 1981, pp. 111- 123.
[2]Galibos: moldes. Vagras o vagaras: las líneas que reoresentan en los planos los cortes obliquos que dividen el buque.
[3] Cayetano Hormaechea, Isidro Rivero, y Tomás Derqui, Los buques oceánicos del Atlántico ibérico entre los siglos XVI y VII, Barcelona, s-e. , 2018, T. II, p. 14.
[4] Ibídem, p. 276.
[5]El buque en la Armada española…, pp. 130-134.
[6]Idem.